lunes, 8 de mayo de 2017

Chávez en tres tiempos: crónica de un Gigante



Pasajes desde su amada Maturín



Por
*Judith González Rivero

La primera vez que vi a Hugo Chávez no estaba consciente que estaba frente a quien tiempo después sería El Gigante de América. Mi consuelo es que  tal vez  él tampoco lo sabía.

De lo que si estaba segura es que tras esa época oscura y nihilista que marcó a Latinoamérica y otras naciones del llamado tercer mundo, estábamos ante un hombre que encarnaba la utopía, el hombre que le devolvía la fe y la esperanza al pueblo. 
 
Era el año 1999, estaba en mis inicios como reportera de prensa y él en los suyos como jefe de Estado. Desde esa fecha y hasta el 2010 se efectuaron decenas de actividades presidenciales en el estado Monagas, en las que realizamos coberturas periodísticas, en una primera etapa desde medios comerciales y más adelante desde prensa oficial. De estas, obligados por razones de síntesis, nos detendremos en tres tiempos que consideramos claves en quien ascendió como figura universal, guiado por un infinito amor al prójimo.

A partir de esta honrosa experiencia periodística, retrataremos, entre anécdotas y noticias, aspectos del Comandante Eterno que, desde nuestra mirada, evidencian su crecimiento como líder y la profundización de una revolución humanista, con base en la doctrina bolivariana, que ha sido inspiración para los pueblos del mundo que luchan por su emancipación. Realizando los máximos esfuerzos memorísticos, así como de escudriñamiento de nuestros archivos, y con las imperfecciones de toda producción humana, recordaremos pasajes del líder infinito, donde  su amada Maturín fue protagonista y epicentro de importantes acciones, y que hoy son parte de esa historia que debemos mantener viva.
Un hombre sencillo, con una especial sensibilidad y gran energía, es la caracterización que resalta de aquella primera impresión. Somos testigos, de cómo en sus primeros años de mandato pudo permitirse una especial cercanía con los periodistas de las regiones. Cuando se trasladaba al interior del país como parte de su gestión gubernamental, uno de sus primeros lineamientos era el contacto con los medios locales. 

Fueron encuentros marcados por el respeto y la cordialidad propios de su carismática personalidad. Dinámica esta, que al pasar de los años se alteró, a partir de que arreciera el discurso de las élites dominantes a través de los dispositivos comunicacionales en contra del proyecto bolivariano que se profundizaba, y con ello la guerra mediática sin cuartel que sigue arremetiendo en nuestro presente. Al tiempo que las amenazas que corrían contra el ya líder continental le obligaban también a redoblar sus medidas de seguridad.

La Centellita y la unión cívico-militar

Entre 1989-1990 Chávez había desempeñado funciones en la 72 Brigada de Cazadores, donde ascendió como Teniente Coronel, desde esa época guarda una especial añoranza por la Sultana del Guarapiche. “Yo quiero mucho a toda la patria, pero Maturín para mí es uno de esos lugares muy especiales que guardo siempre en mi corazón. ¡Siempre! Mientras viva llevaré a Maturín aquí en el alma, aquí en el corazón”, así se refería sobre esta tierra del oriente del país.

 

Una de sus primeras visitas como Presidente fue en noviembre de 1999, para inaugurar el Proyecto “Siete Pueblos, Siete Estrellas”, en la comunidad rural La Centellita, al sur de Maturín, como parte del recién creado Plan Bolívar 2000.  “Son grandes cosas para las poblaciones rurales del país y esto se está haciendo en centenares de pequeños pueblos, caseríos, en todo el país, es parte del Proyecto Siete Pueblos, Siete Estrellas”, declaraba el comandante, ataviado de un traje militar que se mezclaba con la población civil, lo que llamaba la atención, pues era algo nunca visto en los gobiernos que le precedían.

A finales de ese año, visita al estado Monagas en varias oportunidades. Participa en la instalación de una mega jornada médico asistencial del mismo Plan Bolívar 2000, en la explanada de Alto de Los Godos e interviene ante un proceso de ocupaciones de terrenos que se gestaba en la entidad, por parte de familias carentes de viviendas. También preside un acto de salutación en   la Guarnición Militar, en el Fuerte Paramaconi, donde anunciaría un proyecto de autoconstrucción de viviendas.

“Sí, la unión civil-militar está en marcha, yo lo he dicho, aunque hay sectores internos que han clamado porque envíe a los militares a reprimir invasiones de tierras y al final los envié, pero no a reprimirlos sino a darles la mano y ahora, hemos iniciado un proyecto, hace una semana, de construcción de miles y miles de viviendas con ingenieros militares, ingenieros civiles, por supuesto, del gobierno, el Ministerio de Infraestructura”, informaba Chávez.

Estábamos ante los inicios de lo que después fue la consolidación de la gran unión cívico militar. Una novedad histórica en el planeta, ya estas unidades no estarían exclusivamente dedicadas a tareas de resguardo, como tradicionalmente se hace en el mundo, sino que por lineamientos presidenciales se incorporaban los militares venezolanos a faenas comunitarias, asistenciales, en programas sociales, de desarrollo nacional,  en franco acompañamiento al pueblo. Surgía la doctrina militar bolivariana.

2005: consolidación de las misiones
En junio de 2005 el Comandante Supremo arriba a Maturín, para la inauguración del Centro Diagnóstico Integral (CDI) Paramaconi, parroquia Los Godos y La Cruz.
Desde este populoso sector transmite Aló Presidente n° 225 y anuncia el nacimiento de la Misión Barrio Adentro II en todo el país, segundo nivel de atención que brinda servicio de salud integral gratuito a todos los ciudadanos a través de los Centros de Alta Tecnología (CAT), Centros de Diagnóstico Integral (CDI) y las Salas de Rehabilitación Integral (SRI).
En la actualidad están en funcionamiento 568 CDI, 585 Salas de Rehabilitación y 35 Centros de Alta Tecnología en todo el país.

En octubre de 2005 el Presidente vuelve a Maturín, esta vez para inaugurar las modernas instalaciones de la Universidad Bolivariana de Venezuela, ubicada en la antigua Brigada de Cazadores en la que había cumplido funciones. Meses previos había girado la orden a la nueva Pdvsa para que en tiempo record se construyera la nueva edificación. Era una de las cinco sedes de esta institución nacional que fue creada vía decreto en 2003, para de la mano con la Misión Sucre ofrecer oportunidades de estudios universitarios a un significativo número de bachilleres venezolanos que en el pasado se les vio negado este derecho.  

Convirtiéndose esta misión en uno de los principales e innegables signos de una revolución social que tiene como prioridad la educación, como vía para la emancipación y el empoderamiento popular. El mundo puede comprobar que se trató de un programa visionario que se sigue materializando. La Misión Sucre-UBV como punta de la lanza de la revolución educativa, ha llegado a los rincones más apartados, exhibe como logro, más de 500 mil profesionales egresados en diversas áreas en todo el país que hoy tributan al desarrollo de la nación, y un gran contingente en formación. Consideramos el 2005, como el año del fortalecimiento de las misiones sociales, ideadas en 2003 por el presidente Chávez.

El aula más grande
Mantener a Venezuela como el aula más grande del mundo que garantice el derecho a la educación para todas y todos, en función de formar las y los ciudadanos que la república necesita, fue otro de los legados del Comandante Eterno.

Como parte de esta tarea visita a Maturín en septiembre de 2007, para la inauguración del Liceo Salvador Allende, en la populosa parroquia Boquerón, desde donde daría el formal inicio del nuevo año escolar para todo el país. Fecha para la cual señalaba como un logro que el 60% de la población estaba estudiando, “de cada 100 venezolanos 60 hemos comenzado, porque yo me incluyo, el año escolar 2007-2008, que Dios nos acompañe, que dios los bendiga”, señalaba Chávez.

Durante las tres horas que estuvo el Jefe de Estado en dicha actividad, cientos de maturineses se agolparon en las inmediaciones de la institución educativa, ubicada en la barriada Doña Menca, para dar la bienvenida al Presidente. 

Los habitantes, quienes desde tempranas horas de la mañana se instalaron en las afueras de este centro educativo, expresaban su efusividad cada vez que Chávez les saludaba. Los acostumbrados vítores de 'Uh, ah, Chávez no se va” retumbaban en los momentos en que el líder revolucionario ingresó al liceo bolivariano, a su salida, y cuando se despedía de la parroquia desde la caravana presidencial.

Aun cuando se dispuso de espacios en las afueras del liceo para que los seguidores se instalaran, éstos no fueron suficientes, y los vecinos se ingeniaron para, hasta desde los techos y árboles, observar y saludar al Jefe de Estado.

Recordamos como el presidente Chávez, momentos antes de partir del centro educativo, en un breve contacto periodístico reiteró su especial afecto hacia esta tierra de gracia y con profundo sentimiento declaró: “¡Yo amo a Monagas! A Maturín yo la llevo en el corazón. El respiro y soy feliz, siento la brisa del (río) Guarapiche, y los recuerdos que llevo aquí me cabalgan el alma. ¡Viva Maturín, amo a Maturín!”.

Marea roja
En noviembre de 2007 vuelve Chávez a esta ciudad del oriente venezolano, esta vez para un acto proselitista a favor de su propuesta de Reforma Constitucional, que se sometió a referendo popular en diciembre de ese año. La misma, buscaba por la vía de la Carta Magna acelerar los cambios hacia el modelo del socialismo bolivariano.

Al igual que todos los actos de calle con el Presidente, el del 14 de noviembre en Maturín, estuvo caracterizado por la desbordante presencia de seguidores, cargados de efervescencia y alegría por tener cerca al comandante. Convocada como caravana, terminó convirtiéndose en una marea roja de amor por su líder.

Los comicios fueron en diciembre, siendo la primera elección nacional que perdía la revolución invicta, lo cual fue reconocido de inmediato por el proponente de la reforma. Veíamos a un Chávez, con valentía, gran talante de demócrata y respetuoso de la institucionalidad, aceptando el triunfo del No.  “No pudimos… por ahora”, manifestaba en transmisión nacional.

Se convertía ésta en la onceaba contienda electoral que se impulsaba en Venezuela desde 1999. País en el que paradójicamente sectores externos e internos que adversan al gobierno dicen que hay una dictadura.

Aunque a nivel nacional resultó derrotado el Sí por un estrecho margen (1.4 por ciento), en Monagas la lealtad hacia el amado comandante se reflejó en más del 57% de votos a favor de la reforma. Apoyo que ha seguido reflejándose de forma inquebrantable en los números de las posteriores consultas populares, aun después de su partida física.

Estos pasajes en tres tiempos pueden dar fe de esa mágica espiritualidad que desbordó el eterno líder. Un sentimiento que continúa guiando a la masa de venezolanos que creyeron en él. Fue el hombre del siglo XX que más practicó el mandamiento cristiano de amor al prójimo. Coherente en su pensar, decir y hacer. Fue el mismo Chávez humano, delante y detrás de las cámaras, que aunque se creció como el Gigante de América, mantuvo su concepción de aquel hombre sencillo que en 1999 visitó La Centellita preocupado por llevar bienestar y felicidad a los más humildes, a quienes   históricamente fueron  olvidados. 

*Periodista egresada de la Universidad del Zulia (LUZ). Msc en Ciencias de la Educación. Docente a Dedicación Exclusiva del PFG en Comunicación Social de la UBV Sede Monagas
judithgonzalez11@gmail.com.

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